Nueva farmacopea mexicana / de la Sociedad farmaceutica.

Date:
1896
Catalogue details

Licence: Public Domain Mark

Credit: Nueva farmacopea mexicana / de la Sociedad farmaceutica. Source: Wellcome Collection.

    73/660 (page 13)
    ALM Substancia particular, secretada en una bolsa que tiene debajo de la piel del vientre el almizclero, Moschiis moschijcrus, L., Orden de los Rumiantes. Vive en las regiones mon- tañosas del Asia Central. En el comercio se encuentran varias clases de esta droga, pero las principales son las siguientes: 1? Almizcle de China de primera clase ó almizcle de Nankin. Está en bolsas aplasta- das, arredondadas ú ovales, por lo común poco gruesas. La cara inferior de éstas, cubier- ta de pelos generalmente grises, cortos, gruesos y quebradizos; los que son menos grue- sos, pero mas largos y de un color moreno leonado, se encuentran al rededor del orificio de dicha bolsa, colocados de manera que forman un remolino; aquel orificio no está si- tuado en el centro, sino mas cerca de uno de sus bordes. La cara superior la forma una piel seca, lampiña y sin abertura. Dichas bolsas tienen un olor excesivamente fuerte y amoniacal sin mezcla de hedor fecal. 2? Almizcle de Tonquin. Esta clase se distingue de la anterior por ser las bolsas me- nos aplastadas, más gruesas y de forma lenticular casi regular; el pelo es muy corto y blanquizco, toda la superficie se halla cubierta de una fina eflorescencia blanca, y su olor es más débil y no amoniacal. 3? Almizcle de Assam. Las bolsas de este almizcle son de forma variable, muy llenas y duras; los pelos son blancos, muy gruesos y quebradizos; la substancia interior es mo- reno-negruzca, consistente y de un olor muy fuerte, mezclado al que es propio de la al- galia ó cibeta. 4? Almizcle de Siberia ó almizcle Kabardin. Bolsas más pequeñas que las anteriores, ovales, de pelo limpio, blanquizco y algo argentino; la piel que forma la cara superior es amarillo-morena y semejante al pergamino; su olor es menos fuerte y tenaz. C. fís. La substancia encerrada en estas diversas bolsas se presenta bajo la forma de pasta grumosa, más ó menos blanda ó seca según las clases, untuosa, de color rojo more- no ó ferruginoso, semejante al de la sangre seca; su olor fuerte, penetrante, particular y tan difusivo, que una parte de almizcle es suficiente para comunicar su olor á tres mil partes de un polvo inodoro: sabor amargo, desagradable y algo acre: arde produciendo una llama blanca y un carbón brillante y esponjoso. Com. q. Guibourt y Blondeau han encontrado en el almizcle agua, amoniaco, estearina, oleína, colesterina, un aceite ácido combinado con el amoniaco; aceite volátil, clorhidra- to de amoníaco, cloruros de potasio y de calcio, un ácido indeterminado combinado con el amoníaco, la potasa y la cal; gelatina, albúmina, fibrina, una materia carbonosa soluble en el agua, una sal calcárea soluble cuyo ácido es combustible, carbonato y fosfato de cal, pelos y arena. Geiger y Reinman hallaron además una resina amarga, osmazoma, y una substancia particular combinada en parte con el amoníaco. El principio aromático no ha sido aislado. Las cantidades de materias solubles que el almizcle cede á los distintos disolventes, va- rían en relación á la clase de esta droga. Según Theimann, cede al agua de 80 á 90 por ciento, Buchner dice que tan sólo 54.5 por ciento, y otros químicos, que proporciones in- termedias. La cantidad soluble en el alcohol varía de 25 á 62 por ciento, y Wood cree que el éter es su mejor disolvente. El almizcle pierde su olor cuando se le mezcla con el agua de laurel cerezo y con todas las substancias prúsicas, lo mismo que con el cuernecillo de centeno y la esencia de mos- taza; el azufre dorado de antimonio se lo quita en parte, y el kermes lo cambia en olor de cebolla; el alcanfor y la valeriana también lo modifican. Adült. Como el almizcle es demasiado caro, se falsifica frecuentemente con subslan- cias diversas, tales como la sangre seca, la arena, el polvo de tabaco y de otros vegelales, cera, excremento de aves y otra multitud de substancias que sería largo enumerar y muy difícil descubrir. Para precaverse de todo fraude, debe comprarse el almizcle siempre en sus bolsas y no fuera de ellas, teniendo cuidado de examinarlas, desechando todas las que presentaren costuras, agujeros ó cualquiera otra cosa que indicare que se han abier- to, ó que se ha agrandado su abertura natural. Privado cuidadosamente de pelos y mem- branas y calentado sobre una lámina de platino, debe producir un olor ligeramente amo- niacal, pero distinto del que en las mismas condiciones da la sangre; dejará 6 á 8 por ciento de cenizas (que no deben tener color rojizo).